Las ventas en Japón están en clara recesión debido a la imparable crisis, como en el resto del mundo. Pero en el país del Sol Naciente hay una gran diferencia, y es que mientras en otros países se espera una recuperación a corto o medio plazo, no parece que Japón vaya a seguir esos mismos pasos.
Los fabricantes lo han bautizado como efecto «kuruma banare», o efecto de «desmotorización», ya que al parecer, las juventudes japonesas sueñan y viven por y para los aparatos electrónicos. Los coches ya no les llaman la atención, y muchos de ellos no se plantean tener uno en toda su vida. En cierto modo, si conocéis los enormes atascos en Tokio es hasta comprensible. Con este panorama, en 2008 las ventas en el país se espera que se queden sobre los 4,86 millones de unidades, por primera vez en 30 años estarán por debajo de los cinco millones, y las marcas no esperan poder volver a recuperar esa cifra. Malos tiempos para las fábricas niponas.
