Las publicaciones británicas Autocar y AutoExpress han tenido acceso a una de las novedades más importantes para 2011: el nuevo Ford Focus. Y las impresiones han sido contradictorias, o mejor dicho, similares, pero con conclusiones dispares. Lo que podemos extraer de los textos de ambas pruebas y dar por seguro es que el coche tiene una calidad interior a la altura de los mejores alemanes, por ajuste y materiales, que el confort acústico es de berlina superior, como lo es la calidad de rodadura y el filtrado de baches.
Y todo ello lo consigue sin sacrificar el control de los movimientos de la carrocería a base de muelles blandos, sino que mantiene un perfecto balance de suspensión. Ahora bien, los chicos de Autocar han encontrado la dirección (puramente eléctrica, como mandan los cánones, desgraciadamente para nosotros) poco transmisora de información, al tiempo que el culo ahora ya no se puede descolgar y colocar a base de soltar el acelerador en apoyo.
Gallery: Ford Focus 2011 (Europa)
¿Es esto malo? Según se mire. Para el conductor que busca un medio de transporte, el Focus ha ganado confort, facilidad de conducción, y ahora se comporta más como un electrodiméstico. Para el conductor pasional, el Focus ha perdido esa esencia de coche deportivo con aspecto de bicho familiar, pues ya no tiene esa dirección comunicativa de las dos generaciones anteriores, ni una trasera juguetona como pocos.
Obviamente, con un coche dirigido a todo el planeta con la misma especificacion de puesta a punto, lo lógico es que los ingenieros de Ford pusieran la carne en el asador para ganarse el corazón de la gran mayoría de los usuarios, que cogerán este coche para llevar los niños al cole, ir a trabajar, salir de vacaciones, y hacer vida con él, para lo que es, simple y llanamente una herramienta prácticamente perfecta. Pero para un reducido grupo de marginales como somos los apasionados del volante, parece que va a haber que esperar al ST, pues el Focus «básico» ha perdido ese carácter deportivo intrínseco a su nombre desde su primera generación. Una lástima que tendremos que comprobar por nuestros propios medios cuando probemos el coche.