El nuevo superdeportivo de Porsche ha pasado de ser una posibilidad a una necesidad. Las palabras de Matthias Müller al diario alemán Sueddeutsche Zeitung, sin ser una confirmación directa, indican que el corcel de Stuttgart tiene el firme propósito de plantar cara al cavallino italiano a todos los niveles, y para ello, es necesario un coche a medio camino entre el 911 y el 918, necesario por otra parte para alcanzar su meta de vender 200.000 coches al año para 2018, duplicando sus registros actuales. Pero será mejor si citamos textualmente las palabras del jefe de Porsche para evitar incómodos malentendidos:
Siempre me ha irritado que el 911 toque techo en 250.000 euros y que el 918 lo siga a un precio base de 750.000 euros. Ferrari se pasea entre medias en relativa comodidad y sin competencia alguna. Ahí es donde tenemos que estar. Todavía hay hueco para un deportivo grande, uno como el 959 que fabricamos en los 80.
Y con esto dicho, creemos que no es necesario añadir nada más. Ahora ya sólo tenemos que sentarnos a esperar lo inevitable.