Las Administraciones Públicas han contabilizado hasta ahora unos ingresos extras de 31 millones de euros por los efectos beneficiosos que sobre la demanda de automóviles ha tenido la aplicación de las ayudas directas recogidas en el Plan 2000E.
Según datos aportados por la patronal de concesionarios Faconauto, la recaudación total por vía de distintos impuestos y tasas, de los 70.500 vehículos de demanda adicional que ha generado el citado plan, se ha elevado a 226,1 millones de euros.
En este apartado se incluyen los 2,320 millones de euros en concepto de IVA, más 493.000 euros, por la aplicación del Impuesto de Matriculación, concentrado en los tramos del 0 por ciento y del 4,75 por ciento, que son a los que se acogen los vehículos beneficiarios del Plan 2000E.
A esta partida global por tasas e impuestos se añade un intangible como los ahorros en derechos de emisión de CO 2 por los 200.000 vehículos achatarrados, y su sustitución por otros nuevos con bajo poder contaminante, y que se calculan en casi 4,9 millones.
De esta forma, el retorno a los gobiernos central y autonómicos, vinculados al plan, se eleva a 231 millones de euros, de los que hay que deducir los 200 millones de las subvenciones aportadas.
Faconauto elabora un balance social de los beneficios de las ayudas, que desdobla en el impacto que ha tenido en el mantenimiento del empleo y en los ahorros por la reducción de la siniestralidad que implica el mayor y más sofisticado equipamiento en seguridad de los coches nuevos.
En el primer apartado establece que, por cada seis coches vendidos en un concesionario, se mantiene un empleo que se divide a partes iguales entre vendedores y mecánicos del servicio posventa. En cuanto al ahorro en indemnizaciones por la reducción de los costes en fallecidos y heridos, Faconauto señala, sin otra consideración, que se eleva a 600 millones de euros.