Doscientos ochenta caballos son los que tiene el nuevo Astra OPC, y 400 Nm de par los que maneja su diferencial autoblocante delantero unido a las manguetas delanteras desacopladas de la suspensión McPherson y los amortiguadores activos reostáticos. La estética es intimidante, como tiene que ser, para un coche capaz de tocar los 250 por hora sin problemas (limitador instalado) y que podría hacer trizas los seis segundos en el cero a cien sin problemas.
De momento no hay muchos detalles más, pero este bravucón compacto de 2,0 litros promete mucho dentro de su segmento. Opel, por ahora, no ha facilitado sus detalles de lanzamiento, así que sólo podemos dejar volar nuestra imaginación en cuanto a precios y fechas. Ya veremos si es capaz de plantar cara en Nürburgring y en carretera al Mégane RS.
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