Sebastian Vettel sigue ladrillo a ladrillo construyendo su castillo. Tercera victoria esta temporada, en el mejor sitio posible, el Gran Premio de Mónaco, que ha transcurrido sin mayores sobresaltos, al contrario que en los últimos años donde varios errores en el muro condenaron a Hamilton y Ricciardo pese a tener una victoria casi segura.
Kimi aguantó en la salida, ni siquiera le metió el morro Vettel porque sabía que no lo necesitaba y que más adelante tendría su opción en el ‘pit stop’, como así ocurrió. Algo que nadie dudaba que iba a suceder para adelantar con limpieza a su compañero. Lógico y fácil, como lleva Ferrari haciendo con su piloto número 1 años y años.
Una victoria que además pone fin a la mala racha de Ferrari en Mónaco, que ya duraba 15 largos años. Ferrari es otro, claramente, y favorito de igual a igual con Mercedes para la victoria en los dos campeonatos, de pilotos y constructores. Tres victorias para cada escudería en las seis carreras disputadas en 2017.
Un mazazo al campeonato porque el alemán llegaba con seis puntos de ventaja y podía salir con más de 25 sobre Lewis Hamilton (o 25 justos, como ha sido el caso), un colchón de una carrera de margen y que para Ferrari era vital, por lo que no podía dejarlo escapar. El inglés, 13º en parrilla tras su desastrosa calificación, salía con ultrablandos, la primera vez desde tiempos inmemoriales que podía elegir compuesto al no pasar de la Q2, pero en su ataque inicial solo logró pasar a Vandoorne, quizás con remordimientos por parte del belga. «No me puedo acercar más», decia Lewis, décimo en la vuelta 20. «Es que nuestra carrera viene más adelante le contestaba el ingeniero».
Carlos Sainz estuvo perfecto en la salida y aguantó a Checo Pérez y sus embestidas en la primera vuelta, ya que le llegó a tocar en los primeros compases, lo más intenso junto al ataque de Ricciardo a Verstappen, que fue igual de improductivo.
La carrera se estabilizó y el primero en parar fue Verstappen (v33) para intentar robarle la cartera a Bottas por la tercera plaza del podio, pero finlandés entró en la siguiente para cubrir puesto y lo mantuvo, aunque no lo logró con Ricciado que atacó después en un excepcional desdoble de estrategias de Red Bull (que le cuenten a Alonso en Abu Dabi 2010) y le atrapó la tercera plaza del cajón pasando a los dos. «Vaya un puto desastre», bramó por radio el holandés al sentirse utilizado por Red Bull en favor de su compañero.
Pero no menos utilizado que Raikkonen, que paró en la vuelta 34, en no la mejor parada que se haya visto en Ferrari este año, y Vettel tuvo cinco vueltas para intentar levantarle el puesto, con gomas más fundidas pero aire limpio. El resultado de la maniobra, esperado porque Ferrari es maestro en estas maniobras, pues que Vettel rodó como un diablo, Kimi no tanto y el alemán en cinco giros paró y le birló la primera plaza. Tenía mejor ritmo en todo caso Vettel, pegado a Kimi la primera parte y muy despegado del finés en cuanto se puso por delante.
Sainz mantuvo su sexta posición tras la primera parada pese a que Vandoorne aguantó en pista hasta el giro 44 y Hamilton pasada la mitad de carrera, hasta la 47, pero el inglés salió justo por detrás del madrileño sin poder acercarse. El tramo final tenía como tensión no la de la victoria si no la de las batallas precisamente entre Sainz y Hamilton y la de la tercera plaza del cajón, que se vieron incrementadas por el toque entre Button y Wehrlein, que provocó la salida del coche de seguridad al quedar el alemán de costado a la entrada del túnel. Los dos abandonaron.
Así a falta de 12 vueltas varios pilotos entraron a una parada extra como Verstappen (al que el equipo trató de darle una bala final, lo mismo que a Checo Pérez), y todo el pelotón se agrupó. Nervios a flor de piel y muchos puntos en juego en poco espacio. Pérez lijó a Vandoorne en Santa Devota, lo que provocó el KO del segundo McLaren al no poder girar cuando tenía puntos en el bolsillo, y luego a Kvyat tras pasar antes a Massa. Brutal el final del mexicano.
Delante Vettel se fue pronto de Kimi, y Ricciardo casi rompe el coche, Bottas hizo un plano y Verstapen buscó como un chacal cualquier hueco, mientras Sainz se defendía con uñas y dientes de Hamilton, también embistiendo desde el primer momento en esas 10 vueltas finales. Pero todas las posiciones se mantuvieron fijas y Sainz volviendo a demostrar, con su mejor resultado de la temporada, que merece un coche grande más pronto que tarde mientras roza su primer podio en la Fórmula 1. Podio muy caro en el que no estuvieron esta tarde ni siquiera los Mercedes.