Pese a que lo peor de la recesión parece estar llegando a su fin en buena parte de Occidente, el panorama automovilístico sigue tan revuelto como siempre. El último alto cargo en dejar su puesto es David Smith, nombrado máximo responsable de Jaguar y Land Rover tras su adquisición por Tata en 2008. Smith fue previamente jefe de finanzas de Ford Europa, y antes de abandonar los restos británicos del PAG, tuvo tiempo de conseguirles un crédito de 340 millones de libras del Banco Europeo de Inversiones. Curiosamente, ni Tata ni el propio ejecutivo han querido aclarar las circunstancias de su abandono, lo que sin duda sembrará dudas sobre los programas de ambas firmas.
Quien quiera que sea su sustituto, deberá hacerse cargo del desarrollo del nuevo Land Rover LRX, así como de una actualizada gama de modelos para Jaguar que contempla el XE, un pequeño descapotable tamaño BMW Z4.