Crisis. ¿Cómo dijo?. Ah sí, la crisis. Pero, ¿qué tiene que ver la crisis con la seguridad vial?. Pues a priori parece que nada, pero últimamente parece que mucho.
Resulta que desde hace unos meses, no somos muchos los que vemos aumentado el nivel de los controles. Eso, en principio, lo vemos bien. La seguridad es importante y muchos somos los que velamos por ella y el buen cumplimiento de las misma, pero también somos unos cuantos los que vemos que va en proporción el nivel de controles con el nivel de aumento de las arcas, en cuanto a multas se refiere.
Podríamos decir que es culpa de los conductores que infringen las normas y por tanto son multados. Es cierto. Pero también es cierto, y además es un derecho del ciudadano, el saber en que se gastan los políticos, que son en definitiva los que van a golpe de batuta recaudando de todos nosotros, en qué se gastan el dinero recaudado.
Así pues, hoy en día, tal como están las ciudades, todas despampanadas y patas arriba, con obras en todos los sitios y algunas como Madrid, un tanto desiertas ahora en periodo estival, somos muchos, los conductores los que nos quejamos de en cómo se ejecutan esas obras, con desvíos que parecen el circuito urbano de F1 de Valencia, sin señalizar y muchísimas cosas más que no voy a enumerar, por eso de ahorrar con la crisis.
Por eso también, como ciudadano, como conductor y como persona con la que recaudan, me pregunto en dónde repercute eso en nuestras carreteras y en la seguridad vial que tanto se quieren vanagloriar y vender, y que poco o nada vemos aplicar. Así que, mientras mejoran eso sí, los sistemas de recaudación simplificando los tiempos reduciendo las cuantías con prontos pagos, y poniendo radares sofisticados para cazar hasta el menor mosquito que se pase de un kilómetro, me seguiré preguntando si es mejor preocuparse de los puntos que tengo o de lo que me cobran por cada uno que pierdo.
Por Jorge Maeso
En la raíz de lo que importa