Por fin, tras un montón de intentonas, y cuando el proyecto de intentar ganar las 24 Horas de Nurburgring estaba en su última oportunidad (si no ganaban, Audi retiraría los fondos económicos que lo soportan), un R8 ha logrado la victoria, y otro R8 ha logrado el doblete para la marca de Ingolstadt en la prueba de resistencia más famosa de Alemania, y la más importante para coches de GT en el continente europeo.
Audi contaba con 19 victorias parciales en categorías menores, pero nunca había logrado coronarse campeona en las 24 Horas en la clasificación absoluta. Cuando preparó el R8 LMS de GT3 en 2009 varios equipos lo eligieron para atacar la durísima prueba de resistencia del Nordschleife, pero a pesar de ser coches espectacularmente rápidos y luchar por la victoria, los cuatro coches alineados, con soporte oficial de fábrica, sucumbían a problemas eléctricos, de caja de cambios y de suspensión.
En 2010 la historia se repetiría, pero de manera más dramática, tras conseguir la pole y las cuatro primeras plazas de la parrilla de salida. El coche contaba con mejoras en la transmisión, la electrónica y la suspensión, pero seguían teniendo problemas de fiabilidad, un motor que consumía demasiado (paraban cada siete vueltas), y una caja de cambios que no resistía el trato duro.
2011 fue más de lo mismo, ya que Audi no evolucionó el coche, y siguió presentando los mismos fallos que le costaron no poder luchar por la victoria en Nurburgring. Pero cuando más negro parecía todo, Audi decidió meter más dinero en el proyecto y en el soporte a los equipos semioficiales, desarrollando para este 2012 un coche completamente revisado, el R8 LMS Ultra, con puertas en fibra de carbono, un motor más potente, con más par, radiadores de refrigeración de mayores dimensiones para el agua, el aceite y la caja de cambios, nuevos sistemas hidráulicos recolocados, nuevos elementos de suspensión y nuevos neumáticos.
El coche se demostró que era rápido tanto en el VLN como en los entrenos clasificatorios de las 24 Horas, y en carrera ha logrado quitar el borrón de la historia de Audi, y proporcionar la tan buscada victoria final en la prueba a la cuarta intentona.
Una carrera la de ayer que te contamos en directo desde la primera hora, y donde vimos una vez más que en esta prueba gana el que sobrevive. A pesar de predicciones de lluvia para todo el fin de semana, lo cierto es que sólo llovió por la mañana del domingo, lo que facilitó menos accidentes de los esperados, y un ritmo de carrera alto, aunque el R8 ganador, el dorsal #3, se quedó a una vuelta de igualar el récord de la distancia total de la prueba, marcado en 156 vueltas el año pasado por Manthey Racing.
Pero contando la historia por el principio, vimos una lucha por la carrera desde la primera vuelta. Los BMW Z4 GT3 se mostraron competitivos, pero el coche de la pole sufría un pinchazo alrededor de la quinta vuelta y tenía que parar antes de la cuenta. Esto dejaba la carrera bajo el control de los R8 y los SLS AMG, que paraban cada ocho vueltas como un reloj. Parecía que Porsche y BMW tenían más autonomía y podían parar una vuelta más tarde que sus rivales, lo que de cara al final de la carrera tenía que meterles en la lucha por la victoria.
Poco a poco fueron pasando las vueltas, y nos llamaba la atención la escasez de tráfico respecto a otras ediciones. Y es que la organización había decidido que sólo corrieran 170 coches, en lugar de los 250 acostumbrados. Esta falta de tráfico evitaba tantos accidentes y problemas como hemos visto otras ediciones, pero le quitaba esa aura especial a la prueba. De hecho, esto beneficiaba sobre todo a los R8, que son coches que por su motor de giro rápido sufrían más por tener que adelantar a coches lentos, quitando una de las bazas positivas de los 911.
Porsche demostraba que estaba falta de ritmo. A las pocas horas de carrera estaba claro que el 911 favorito, el dorsal #11 de Manthey Racing, no tenía ritmo para luchar por la victoria, aunque tuviera constancia, fiabilidad y más autonomía entre paradas. En vueltas concretas era capaz de rodar más rápido que nadie, pero su vuelta a vuelta no era nada contundente. Y es que, como ya te contamos, la organización decidió «castrar» las prestaciones del 911 RSR de GT2, y los equipos punteros de Porsche se vieron obligados a correr con la variante de GT3, el 911 GT3 R, no tan competitivo como sus rivales.
Seguían pasando las vueltas, y el BMW Z4 GT3 #20 se acercaba al liderato gracias a su ventaja en las paradas de boxes. En cabeza rodaba un rapidísimo R8, el dorsal #2, seguido muy de lejos por los SLS que luchaban por la carrera y por el Audi #3.
Entre tanto, el coche 19 iba recuperando terreno, hasta entrar en la madrugada pegado al R8, y liderando la carrera a ratos. Rodaba muy rápido, hasta que se averiaba la caja de cambios, nueva para esta carrera. El Z4 GT3 nunca había adolecido de este tipo de problemas, pero la evolución de este invierno del coche, que lo hizo más rápido, también le ha costado esa pizca de felicidad. Con el 19 fuera de juego, BMW ponía todos los huevos en la cesta del BMW 20, pero este también rompía caja de cambios por la mañana.
A lo largo de la noche también caía el Audi R8 #2 tras chocar y romper los radiadores frontales, perdiendo la lucha por la victoria, y dejando solo al Audi #3, patrocinado por Bilstein, en la carrera por la victoria, con una ventaja de prácticamente una vuelta respecto al R8 número 26 y a los SLS AMG de Heico Racing, los dorsales 65 y 66, que luchaban por el escalón restante del podio.
En esa batalla aparecía un invitado de excepción. El Porsche #11 había conseguido superar la noche recuperando terreno, y estaba pegado al SLS número 66, al que lograba adelantar, pero sólo estaba cuarto, y necesitaba alcanzar al Mercedes 65 para poder conseguir un pie en el podio.
El SLS 65 se sobrecalentaba ya dentro de la última vuelta de carrera, para romper estrepitosamente el motor, y dejar en bandeja de plata la posibilidad para el Porsche 11 de meterse en tercera posición del podio. Pero los chicos de Heico avisaban al coche 66, que se tiraba al ataque como un loco sobre el coche 11.
Vivimos entonces unos 10 minutos finales de infarto. El Porsche cerraba puertas por todo el Nordschleife, y el SLS no lograba adelantarlo, superando al tráfico con maniobras increíbles y arriesgadas, hasta que se acercaron a la línea de meta.
Para que te clasifiques en el resultado final de las 24 Horas de Nurburgring, una vez den las cuatro de la tarde has de pasar una vez por la línea de llegada, si no te das por clasificado, y la organización te coloca como un abandono.
El equipo Manthey Racing había calculado con tanta precisión la gasolina para llegar a las 4 de la tarde, que al 911 no le llegaba la gasolina para rodar una vuelta más por el Nordschleife si cruzaba la meta antes de las 4, y avisaban al piloto de que tenía que frenar justo antes de la línea de meta para cruzarla a las 4 de la tarde y un segundo.
Era demasiado tarde, para cuando el piloto del coche 11 se daba cuenta de esa necesidad, frenaba en seco en plena recta de meta, y el SLS AMG número 66 le pasaba como un rayo, logrando la tercera plaza del podio no sin sufrimiento (casi se queda sin gasolina en la vuelta final, que completó a ritmo de burra). La frenada del 11 en seco le costó además otro disgusto, al ser alcanzado por detrás por un Clio RS, dejando a ambos coches fuera de carrera, y sin poder completar la tan necesaria vuelta final. Y es que el 911 ya había pasado la recta cuando aplicaba los frenos como un loco, motivo que además le puede valer una sanción por parte de la organización, que está investigando la telemetría del coche de Manthey Racing.
¿Resultado final? Pues la victoria ya comentada del coche #3, el Audi R8 Bilstein pilotado por el cuarteto Basseng / Haase / Stippler / Winkelhock seguidos en el podio por el Audi #26 de Mamerouw Racing (Mamerow, Abt, Ammermüller, Hahne) y el SLS AMG 66 completando el podio con el cuarteto Frankenhout, Simonsen, Kaffer, Arnold. El Porsche #11, como os comentamos, no se clasificó, por no completar la última vuelta. Un desastre para Porsche.
Si te preguntas por el resto de categorías y temas a destacar, empezaremos por decirte que Sabine Schmitz logró con su equipo una meritoria sexta posición, siendo además el primer Porsche clasificado. Más abajo, en la 12ª plaza se clasificó el P4/5 Competizione, con su tecnología híbrida Magnetti Marelli, tras una carrera con buen ritmo, y un único sobresalto de un conato de incendio durante uno de los repostajes.
En la posición 15ª entró el LFA de Lexus, ganando su categoría SP8, y logrando un muy buen resultado. Pero para buen resultado tenemos la victoria en SP3T del Subaru WRX STI oficial, que repite gesta ante coches tecnológicamente más cercanos a las carreras, y lo hace además con una excelente 28ª posición general.
De los Nissan GT-R Track Edition oficiales, se clasificó sólo el coche 123 (que tenía en su plantel de pilotos a Ordoñez y Yamauchi) ganando obviamente su categoría (sólo estaban los dos GT-R en SP8T), y quedando en la general en una aceptable posición 30. Se quejaron los pilotos que a nada que salía el sol, los neumáticos se degradaban muy rápido por el peso del coche.
Y cerramos nuestro repaso a las clasificaciones de división con la victoria del Toyota GT86 de Gazoo Racing en SP3, una victoria excelente por delante de un buen escuadrón de Renault Clio Cup, que metieron un coche francés en la segunda plaza de la categoría, por delante del famoso Opel Manta #155, que completó la carrera con otro podio para su historia.
Así se cierra una edición interesante, aunque falta de tráfico para mi gusto. El año que viene os lo volveremos a contar en directo, y esperamos que recuperando los más de 200 coches en pista. Gracias a todos los que nos seguisteis.