Recién llegado a la presidencia de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles (Anfac), Francisco Javier García Sanz no vislumbra una recuperación del mercado hasta la segunda mitad de 2010, y cree que será «suave». Por ello, reclama ayuda al Ejecutivo.
El presidente de Anfac, García Sanz, expresó su deseo de entrevistarse con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para trasladarle las necesidades del sector, y consideró «suficientes» los ajustes de empleo anunciados en las plantas españolas para adaptar la producción a la caída de la demanda.
En relación con el mercado, expuso que tras siete años de crecimiento, se esperaba un cambio de tendencia, «pero no tan brusco». El presidente de Anfac reiteró que 2008 concluirá con una caída de las matriculaciones del 25%, con 1,2 millones de unidades, y auguró que 2009 será un año «malo». «Repetir (en 2009) la cifra de 1,2 millones de matriculaciones sería un éxito», reconoció.
A su juicio, las medidas de regulación de empleo anunciadas en las plantas españolas son «suficientes» para hacer frente a la caída de la demanda, por lo que descartó «grandes cambios» en la situación laboral en los próximos meses, a pesar de que Anfac tiene previsto rebajar «en las próximas cuatro semanas» su previsión de producción para 2008. La organización recortó recientemente la estimación y pronostica una caída del 5,5%, equivalente a perder la fabricación de 160.000 vehículos respecto a 2007.
Por otro lado, García Sanz anunció a Europa Press que tiene previsto solicitar una entrevista con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pues le gustaría que el jefe del Ejecutivo conociera de primera mano las necesidades y propuestas ante la crisis «de un sector tan importante como la automoción».
Mejoras del Plan Vive
El máximo responsable de la patronal de fabricantes pidió más apoyo al Ministerio de Fomento, «hasta ahora inexistente», para mejorar las infraestructuras de transporte y anunció que Anfac ha propuesto a Industria una serie de mejoras para el Plan Vive, entre las que se incluye que no sea necesario financiar el 100% del coste del vehículo, que se elimine el tope de precio de 20.000 euros y que se rebaje de 15 a 10 años la antigüedad del automóvil destinado a achatarramiento.
El también máximo responsable de compras del grupo Volkswagen advirtió de que España «está perdiendo competitividad», en un entorno de intensificación de la competencia, especialmente por parte de los países del Este de Europa, y defendió la apuesta por el I+D+i como única salida a esta situación. Por ello, animó a las empresas españolas a participar en el desarrollo del coche eléctrico, que, a su juicio, «es la tecnología del futuro».
Tras opinar que la creación de una secretaría general o una secretaría de Estado del automóvil no ayudaría a resolver más deprisa los problemas de la automoción, calificó de «buena idea» la eventual constitución de una macro-organización que defienda ante la Administración los intereses del sector.