Cada vez a los fabricantes les importa más afinar el gasto de energía y recuperar la máxima posible (o eso es lo que queremos creer), y es que no estamos en tiempos para desperdiciar esa energía que habitualmente procede de energías no renovables. Al margen de la utilización de las baterías y de los motores de combustión, hay otras fuentes de energía para los vehículos como la solar, a través de una célula de combustible de hidrógeno, la regeneración de la misma en las frenadas y retenciones o incluso robándola del tubo de escape.
Estas dos últimas formas significan el intento de reaprovechar esa energía que se pierde en todas las transformaciones y que originalmente partió de un motor que a su vez también pierde energía en la conversión. Por este camino se están abriendo nuevas soluciones como la que aportan los ingenieros Ronald Goldner y Peter Zerigian de la Universidad de Tufts. Ellos han desarrollado un amortiguador que sería capaz de absorber la energía cinética que produce las ruedas en su movimiento vertical para amoldarse a las imperfecciones de la carretera.
El funcionamiento de los amortiguadores tradicionales se basa en la resistencia de un líquido viscoso para pasar a través de unos orificios, en cuyo movimiento se amortigua el movimiento vertical. Los nuevos amortiguadores regenerativos producirían el mismo efecto con una pila magnética situada dentro de unas bobinas. El campo magnético existente ofrece una resistencia al movimiento vertical de la pila y ello sirve para suavizar la dinámica vertical de las ruedas con dos ventajas: ofrece una amortiguación adaptativa y genera electricidad.
Este sistema todavía necesita mejoras pero la solución parece muy interesante. Todo lo que sea aportar energía desperdiciada para suplir otra que proviene de fuentes no renovables es una buena idea.