La Eurocámara se inclina por 2012 como fecha de entrada de la nueva norma, en lugar de una aplicación progresiva hasta 2015, como exigía la industria del motor. También preocupa que se mantenga el baremo de multas de hasta 95 euros por cada gramo extra de CO2 emitido, en lugar de los 50 euros que proponían los constructores de coches.
La patronal europea de fabricantes de automóviles está ‘decepcionada’ después de que el Comité de Medio Ambiente del Parlamento Europeo aprobara la opción más restrictiva respecto a las emisiones de CO2 de los coches nuevos.
Esto supone un respaldo a la postura de la Comisión Europea, partidaria de aplicar mano dura a los fabricantes de coches, pero abre una línea de fractura en la Eurocámara, cuyo Comité de Industria ya se había alineado con los constructores de vehículos.
El Comité de Medio Ambiente dio el jueves el visto bueno a un texto que mantiene el límite de los 120 gramos de CO2 por kilómetro (g/km). Para entonces, los motores de cada fabricante deberán emitir de media 130 g/km, en lugar de los actuales 160 g/km. Los 10 g/km adicionales procederán de la mejora de los neumáticos, los climatizadores y del uso de biocombustibles.
Pero lo grave para Acea es que la Eurocámara se inclina por 2012 como fecha de entrada de la nueva norma, en lugar de una aplicación progresiva hasta 2015, como exigía la industria del motor. También preocupa que se mantenga el baremo de multas de hasta 95 euros por cada gramo extra de CO2 emitido, en lugar de los 50 euros que proponían los constructores de coches.
Pero tal vez lo más alarmante sea que se esperaba que este grupo adoptase una actitud más benévola con los intereses de la industria del motor, especialmente en un momento de crisis como el actual.
Sin embargo, no todos han perdido. Los fabricantes alemanes han logrado que se contemple un coeficiente corrector en función del peso del vehículo.