El grupo General Motors ha alcanzado un principio de acuerdo con el fabricante sueco de ‘súper deportivos’ Koenigsegg para la venta de su filial sueca Saab, que se encuentra en proceso de escisión de la matriz y en suspensión de pagos desde el pasado 20 de febrero, según ha informado la corporación norteamericana.
La operación incluye una línea de financiación de 600 millones de dólares (435 millones de euros al cambio actual) concedida por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), y que cuenta con el aval del Gobierno sueco.
Además, tanto General Motors como Koenigsegg también proporcionarán apoyo financiero a Saab para sus operaciones y sus programas de inversión en productos. La firma sueca mantiene los planes de lanzamiento de los automóviles en fase de desarrollo.
En virtud del acuerdo propuesto, General Motors seguirá suministrando a Saab tecnología durante un período de tiempo definido. Además, la firma escandinava mantiene sus planes para producir la nueva generación del modelo 9-5 en la planta sueca de Trollhaettan.
Emerger de la suspension de pagos
Según General Motors, el acuerdo con Koenigsseg supone un paso muy importante para que Saab consiga emerger de la tutela judicial. «Es otro paso significativo en la reinvención de General Motors y de sus operaciones en Europa», ha afirmado el presidente de GM Europa, Carl-Peter Forster.
«Saab es una marca muy respetada con un gran potencial. Este acuerdo es la mejor oportunidad para que emerja con una compañía más fuerte. Koenigsegg ofrece una combinación única de innovación, espíritu emprendedor y fortaleza financiera, lo que le sitúa como la elección correcta para Saab y para General Motors», ha añadido Forster.
«Buena noticia»
Por su parte, el director general de Saab, Jan Ake Jonsson, indicó que el anuncio realizado es una gran noticia para los clientes actuales y futuros, para los concesionarios, los proveedores y los trabajadores de la empresa en todo el mundo.
Esta transacción se suma a la venta de Hummer a la china Tengzhong y a la compra de Saturn por parte del grupo Penske. General Motors tiene previsto también deshacerse de Pontiac y concentrar sus operaciones en las firmas Cadillac, Chevrolet, Buick y GMC. Además, rebajará al 35 por ciento su participación en la ‘nueva’ Opel, controlada por Magna y el banco ruso Sberbank.