Hace dos años parecía más muerta que viva, pero hoy, contra viento y marea, Ford es la más robusta de las tres grandes de Detroit, por no decir la única que puede considerarse prácticamente a salvo.
El óvalo azul ha hecho públicos sus resultados del segundo trimestre para envidia de General Motors y Chrysler, declarando unos ingresos de 2.300 millones de dólares (1.613 millones de euros al cambio) y una pérdida neta de «sólo» 424 millones de dólares (297 millones de euros) antes de impuestos. Puede parecer que esta última cifra es un despropósito, pero ten en cuenta que el año pasado, con una industria mucho menos tocada, Ford perdió 609 millones de dólares más. El torniquete, por tanto, está surgiendo efecto.
Una de las grandes noticias es que todas las divisiones internacionales de Ford aumentaron su cuota de mercado, y a excepción de la estadounidense todas registraron beneficios, si bien con importantísimos descensos debido a la crisis (Europa, por ejemplo, aportó 138 millones de dólares frente a los 582 millones del año pasado). EEUU sigue siendo el mayor obstáculo, aunque la situación va mejorando: las pérdidas han bajado desde los 1.300 a los 830 millones de dólares.
En porcentajes de penetración, Ford tiene ya un 16,4% de EEUU (+2%), un 9,0% de Europa (+0,5%), y un 10,4% de Sudamérica (+1%). Las ventas en China, por su parte, subieron un espectacular 39% gracias en buena medida al lanzamiento del nuevo Fiesta.
Ford, en otras palabras, sigue perdiendo dinero, aunque como puedes ver, está reduciendo parcheando sus grietas con diligencia. Posiblemente la peor parada haya sido Volvo, que, todavía en venta, ha visto aumentar su agujero trimestral de 120 millones a 231 millones de dólares. Una vez resuelta su situación, Ford podrá dirigirse hacia la ansiada rentabilidad aún más deprisa.