Los centenares de empleados de Hinwil deben andar con grandes problemas de estómago, y no es para menos. Ayer se cerraba el plazo que la FIA le dió a BMW Sauber para firmar el pacto de la concordia, que le comprometería a correr la próxima temporada en la F1.
Como bien sabes ya, BMW anunció su salida del Gran Circo con efecto a partir de diciembre, y no quiere saber nada de seguir pagando las facturas de Sauber, pero parece que tenía un buen número de interesados en hacerse con el control del equipo, empezando por el propio Peter Sauber.
El problema es que han pasado poco más de 7 días desde que se supo que BMW se iba de la F1, y en ese plazo tan corto de tiempo ha sido imposible cerrar un acuerdo en firme.
¿Y ahora qué? La FOTA ha dicho que está dispuesta a prorrogar el plazo para que Sauber se inscriba en la F1 con una solución similar a Brawn, pero la FIA no está por la labor, y podría seleccionar a alguno de los equipos reserva que tiene en la manga para cubrir el puesto de la escuadra suiza. Epsilon Euskadi parece tener todas las papeletas, pero seamos serios, ¿dejaría la FIA a casi 600 personas en la calle para dar entrada al equipo español?
Lo cierto es que Sauber tiene el coche del año que viene ya sobre la mesa de dibujo (o sobre el ordenador, más bien) y cuenta con recursos a la altura de los mejores, así que sacarlos de la F1 sería una temeridad si es que cuentan con inversores y compradores capaces de cubrir su coste de mantenimiento. Sea como sea, demasiados intereses hay de por medio como para aventurarse a apostar por un resultado a estas horas… Veremos qué termina por pasar.