Karmann se muere. El carrocero alemán lleva varios años en la cuerda floja, y la crisis no le está haciendo ningún favor. Lo último que sabíamos es que Volkswagen le había soltado un importante balón de oxígeno con el contrato para fabricar un modelo de pequeñas dimensiones (muy posiblemente a baterías), pero ni eso es suficiente para reflotar las maltrechas cuentas de Karmann, que ha visto pasar su fuerza laboral de 5.000 a 1.800 trabajadores. Así las cosas, la compañía se enfrenta a dos posibilidades: la liquidación, o ser comprada por otra empresa.
Automotive News, citando fuentes de Reuters y el Spiegel , señala que Volkswagen estaría muy interesada en hacerse con Karmann, dado que sus servicios son casi imperativos si desea cumplir sus objetivos de producción. El problema está en el dinero, como no podía ser de otra forma. Volkswagen habría ofrecido una cantidad muy baja para el valor real del carrocero, mientras que las tres familias propietarias de Karmann piden 65 millones de euros. En esa cifra se incluyen los costes de la planta de pintura que la compañía adquirió hace varios años, y cuyas facturas aún no ha terminado de pagar.
Mientras se resuelve esta complicada situación, es posible que Karmann busque algo de dinero vendiendo su departamento dedicado al diseño de techos plegables. Magna y el proveedor español CIE Automotive estarían interesados, aunque por el momento no hay declaraciones oficiales.