La desaparición de Uwe Gemballa empieza a oler a cuerno quemado. A pesar de que los cuerpos de policía de Alemania y Sudáfrica estaban tratando el desvanecimiento del preparador germano como si fuera un secuestro, ahora se sospecha que el empresario podría haber fingido su propio rapto para evadir a sus acreedores.
Las últimas noticias que llegan desde Johannesburgo, su último paradero conocido, indican que Gemballa habría huído a Angola, donde posee «una exitosa franquicia» (¿a que tú tampoco te lo esperabas?). Y aún hay más, puesto que fuentes próximas a la investigación habrían señalado que Gemballa iba a reunirse en Sudáfrica con un multimillonario checo en búsqueda y captura por evasión de impuestos.
De repente esa supuesta llamada de auxilio a su mujer pidiendo un millón de euros empieza a resultar más y más sospechosa. Casi tanto como la bancarrota de Gemballa Automobiltechnik y la súbita creación de una nueva compañía a nombre de la madre de Uwe. Nos tiemblan las carnes sólo de pensar en el telefilme que hará la RTL cuando se resuelva el asunto.