Michelin ha presentado en Berlín, donde se celebra la undécima edición de la Challenge Bibendum –el único foro mundial propiciado por el fabricante francés de neumáticos y en el que se reúnen alrededor de la misma mesa fabricantes de automóviles, camiones y componentes, además de universidades, institutos de investigación, proveedores energéticos, responsables políticos… con el objetivo de compartir una visión común del transporte del futuro, más limpio y seguro–, el primer neumático que se autorrepara y, por tanto, es impinchable.
Este innovador neumático para turismo, denominado 3S Concept y que es en apariencia igual que una goma normal de la gama Energy Saver de Michelin salvo por un componente secreto –que, como la fórmula de la Coca-Cola, Michelin se niega a desvelar– concentrado en una fina capa de 2 milímetros, es capaz de seguir rodando después de haber pasado sobre clavos sin perder un solo gramo de presión. El citado compuesto secreto es capaz de tapar instantáneamente un agujero en la banda de rodadura, además de conservar también todas las cualidades de las que hace gala el neumático Energy Saver de Michelin, como la seguridad, la durabilidad y la baja resistencia a la rodadura.
Además de proporcionar una tranquilidad añadida al circular, el nuevo neumático autorreparable de Michelin permite un ahorro de espacio y de peso del conjunto del vehículo, pues tanto la rueda de repuesto como el gato quedan suprimidos. En total, según las cifras que aporta Michelin, se ahorran 30 kilos y se gana un incremento del volumen del maletero de aproximadamente 80 litros. Todo ello se traduce, además, en una reducción de cerca de 1,9 gramos de C02 cada 100 kilómetros.
La nueva goma presentada en la Challenge Bibendum 2011 será de suma utilidad en países del sudeste asiático o del continente africano, donde el riesgo de sufrir un pinchazo se produce, aproximadamente, cada 3.000 kilómetros (en Europa, la media de tener un pinchazo es más o menos cada 75.000 km).
Vehículos enchufables y futuristas
En la Challenge BIbendum, cuyo teatro de operaciones es el espectacular aeropuerto de Tempelhof –construido en 1934 y que cerró sus puertas en 2008–, se puede ver, asimismo, una exposición con los mayores hitos de la historia del automóvil, como el triciclo de Karl Benz, el el Ford T o el VW Beetle. No en vano, la elección de Berlín como sede de la undécima edición de la Challenge Bibendum no es baladí, pues este año se celebran los 125 años de la invención del automóvil en Alemania. Nadie entonces se podría haber imaginado que con ese curioso artefacto de tres ruedas que proporcionaba autonomía y movilidad, el famoso Patentwagen de Benz, se escribía una de las más importantes páginas de la historia.
Precisamente asegurar esa movilidad en el futuro es lo que persigue la Challenge Bibendum, máxime si se tiene en cuenta el agotamiento de las fuentes de petróleo. En este sentido, en Tempelhof se han mostrado la últimas propuestas de vehículos híbridos, eléctricos enchufables y de pila de combustible. Además, como en ediciones anteriores, los vehículos de corte futurista han jugado un papel importante. Dos buenos ejemplos son el Monotracer, un biplaza de dos ruedas –y dos auxiliares que se escamotean en cuanto el vehículo toma velocidad–, o el Sam, un triciclo eléctrico también para dos pasajeros.
Solo son dos propuestas pensadas para grandes megalópolis y que aseguran la imperiosa necesidad del ser humano de ir del punto A al B.