Preguntado por los nombres de lo pilotos que tendrá su equipo para el 2010, en vísperas del GP de Europa, el expiloto valenciano se negó a facilitar ninguna información sobre el particular.
Los rumores que, en ocasiones, se aproximan mucho a la realidad, filtraron la noticia de un posible acuerdo con el piloto catalán probador de Mclaren, Pedro Martínez de la Rosa, que nunca ha ocultado que le gustaría terminar su carrera en la F1 compitiendo al volante de un monoplaza. El otro posible candidato más lógico apuntaba hacia el piloto ruso Vitaly Petrov que recientemente ha conducido para el equipo de de Campos en GP2 y que, además, se sabe que detrás de él existe la posibilidad de una importante aportación económica de sus patrocinadores.
Hasta ahí todo entraría en el terreno de la lógica. Sin embargo, parece que detrás del retraso de Campos en comunicar el nombre de sus pilotos, existen otras causas. De la Rosa no acaba de deshojar la margarita. El equipo vasco Epsilon que dirige Villadelprat, si consigue entrar en la F1, va a disponer de motores Renault y un paquete de componentes técnicos y humanos que seguramente le ofrecen una mayor posibilidad de éxito.
En senso contrario, Campos va a montar los obsoletos motores Cosworth, menos competitivos y de mayor peso y que, debido a que su elevado consumo ( en el 2010 está prevista la supresión de los reportajes),obligaría a la construcción de un depósito con una capacidad extra de 18 kilos, lo que significaría un importante problema en la redistribucién de pesos que podría costarle hasta cuatro segundos por vuelta.
Deseoa a Adrian Campos, a Epsilon, a Petrov y a de la Rosa, el mayor éxito en su nueva andadura. Para mí, como aficionado y periodista, la presencia de estos dos equipos y de los dos españoles que ya están en la F1, es un sueño que, ni en los momentos más ilusionados de mi dedicación s este deporte, pude nunca soñar.
Espero que unos y otros puedan resolver sus problemas y que sus actuaciones merezcan la admiración y el respeto que nunca tuvieron hasta la aparición de ese fenómeno asturiano del que todos debemos sentirnos muy orgullosos.
Paco Costas