El nuevo CX-5 abre camino a la renovación de la gama Mazda y muestra su futuro lenguaje de diseño. Con la tecnología Skyactiv promete, además, un notable nivel de eficiencia y sofisticación que irá aplicando paulatinamente al resto de modelos.
A principios de 2012 llegará al mercado el todo-camino compacto CX-5, un modelo en el que la firma Mazda introduce el lenguaje de diseño Kodo (“alma del movimiento”) y toda su tecnología Skyactiv, nombre que engloba mejoras relativas a motores, cajas de cambio, carrocería y chasis.
El nuevo lenguaje de diseño de la marca nipona ya se pudo ver en los conceptos Mazda Shinari y Mazda Minagi. Como característica destacable cuenta con un prominente frontal que promete dinamismo y sensación de agilidad.
No en vano, Mazda ha querido dotar al CX-5 de una respuesta precisa, alta calidad de rodadura y prestaciones medioambientales de primer orden, pues está previsto que la versión menos potente equipada con el propulsor Skyactiv-D de 2.2 litros, tracción delantera, cambio manual y sistema i-stop homologue unas emisiones de CO2 inferiores a 120 g/km. Este motor se ofrecerá en dos niveles de potencia. La gama de gasolina la conformará el motor Skyactiv-G, de 2 litros de cilindrada.