Los empleados, gracias a meses de formación, pueden captar imperfecciones en menos de un minuto que se solucionan antes de instalar el motor en el coche
Ford también utiliza el mismo sistema de pruebas para otros motores EcoBoost equipados en modelos como Focus ST, S-MAX y Mondeo
Hay disciplinas, desde la cata de vinos a la afinación de pianos, en las que no existe sustituto a los sentidos humanos para garantizar que los productos cumplan con las pruebas de calidad más estrictas. Ahora se puede añadir la fabricación de motores a esa lista.
En un mundo en que la fabricación de productos cada vez más se lleva a cabo con la utilización de dispositivos de alta tecnología, Ford considera que, para determinadas pruebas, no hay nada mejor que un buen par de oídos para garantizar que el nuevo Focus RS logre un rendimiento óptimo.
Operarios con un alto nivel de preparación llevan a cabo pruebas que confirman el perfecto funcionamiento del motor EcoBoost 2.3 litros de 350 CV antes de que sea instalado en el Focus RS.
“Este equipo sabe cómo suena un motor perfectamente calibrado, y saben reconocer los pequeños sonidos que deben detectar para identificar un problema”, cuenta Gunnar Herrman, vicepresidente de Calidad de Ford Europa. “Es como un médico que cuenta a su disposición con la tecnología de diagnóstico más avanzada pero sigue utilizando un estetoscopio para recoger signos vitales fundamentales para la salud de un paciente”.
Los empleados de la planta de producción de Ford en Almussafes (Valencia) aprenden a identificar defectos utilizando una serie de motores “defectuosos” especialmente preparados que destacan el sonido que necesitan detectar. Después de varios meses de supervisión y entrenamiento, los miembros de este equipo están cualificados para llevar a cabo las pruebas intensivas de un minuto de duración en una de las 18 cabinas insonorizadas situadas al final de la línea de montaje.
Si los ingenieros escuchan algún repiqueteo o silbido, sonidos típicamente asociados con problemas como un conducto de lubricación bloqueado o un diente de engranaje dañado, se separa el motor para realizar más comprobaciones y se soluciona el problema. De este modo, la calidad del proceso de fabricación mejora de manera continua.
La versión de 350 CV del motor EcoBoost 2.3 litros que se equipa en el nuevo Focus RS, que se fabrica en exclusiva en Valencia, ha sido diseñado especialmente para garantizar que el hot hatch definitivo de Ford alcance 0-100 km/h en 4.7 segundos y una velocidad máxima de 266 km/h.
Otros vehículos que se benefician de las revisiones de los “escuchadores de motores” de Valencia incluyen el Ford Focus ST, Galaxy, el S-MAX y el Mondeo.
“La experiencia de escuchar miles de motores nos permite percibir en seguida cuando algo no funciona a la perfección”, cuenta Juan Carlos Rosmari, técnico de calidad de la Planta de Motores de Valencia. “Cada distinto tipo de motor tiene su propio sonido diferenciado, y al escucharlos en las cabinas de pruebas podeos conocer sus características especiales, así como las señales que indican un problema”.
El equipo de “escuchadores de motores” de Ford realiza pruebas a 2.000 motores al día en la planta de Valencia. Preparar motores para las pruebas supone un descanso natural entre las sesiones de escucha, así que los operarios pueden mantener una concentración total en las pruebas a lo largo de la jornada laboral.
Se puede encontrar el toque personal en otros procesos de calidad, como en los maestros artesanos que revisan los acabados de los modelos Ford Vignale o los habilidosos especialistas que esculpen a mano las complejas formas en 3D de los nuevos modelos en los estudios de modelaje de arcilla de Ford.
“Las habilidades de los empleados de Ford, apoyadas por lo último en tecnología, nos ayudan a obtener vehículos de alta calidad con un mejor rendimiento, un mejor aspecto y una durabilidad excelente”, ha añadido Hermann.