En esta ocasión si que podemos repetir la frase: «Britania Rules de Waves».
Querido Fernando, sólo tienes que meterte en la piel de Ron Dennis: británico hasta los tuétanos y dueño de un imperio y de una inmensa fortuna. En Woking, Inglaterra, dirige una gran empresa de su propiedad,en donde se gestionan desde negocios de cattering, diseño, Mclaren International, Fórmula 1 y otros, con potenciales clientes en países en todo el mundo, especialmente los de la antigua Commonwelth de habla inglesa.
¿Tu que harías si, después de Canadá, al contemplar la posibilidad de ganar un mundial con un monoplaza británico y un piloto, también británico, con el añadido importantísimo a nivel de marqueting, de ser de raza negra ? ¿ Te has parado a pensar lo que puede pesar en la balanza de tamaños intereses la presencia en el equipo de un campeón mundial que, ya lo es por dos veces, nacido en Oviédo, al lado de lo que representaría para él y para sus intereses sagrados, el horizonte de negocios que, a corto plazo, supondría un éxito planetario después de la prolongada sequía de los últimos años ?.
Querido Fernando, ¿te das cuenta de lo que vas a tener que arriesgar y a quién vas a tener que enfrentarte ? Hamilton será sólo una parte- aunque muy importante- del problema.
Ron Dennis, al contratarte, ya tenía asegurado el más elevado porcentaje del éxito, la vuelta de los patrocinadores y sus aportaciones millonarias, ahora, ante la indudable revelación que está siendo Hamilton, el éxito mediático y las aportaciones que pueden derivarse de la consecución de los títulos de piloto y marcas con Hamilton como campeón, le obligan a pasar por alto las críticas, pujando lo más fuerte que le permitan los reglamentos para lograr su objetivo.
Querido Fernando, lucha con toda la fuerza que posees, juégate el tipo hasta donde te marque tu gran afición y tu rabia, pero no lolvides, lo que aquí te expone quién, después de muchos años, sabe que la Fórmula 1 ha dejado hace mucho tiempo de ser un deporte y que, quienes lo dirigen, no son otra cosa que un poderoso caballero, como escribió Quevedo, llamado «DON DINERO»
Nota: Me gustaría saber lo que piensa Ecclestone, creo que mecería la pena.
Con un abrazo de tu más ferviente admirador.