La biela es el elemento intermedio de transmisión lineal del movimiento del pistón a la pieza (el cigüeñal o eje del motor) que, finalmente, convertirá aquel en movimiento circular aprovechable en términos rales como fuerza motriz. La idea de utilizar esta descomposición del movimiento no es reciente, ya que en la Edad Media se empleó en las bombas de extracción de agua, aunque entonces, como sabemos, los pistones eran animales, el hombre o la fuerza del viento.
El modelo empleado en las imágenes está muy simplificado, pues su forma real es un poco más compleja, pero suficiente para que podamos entender como funciona. Al contrario que en el pistón, denominamos «cabeza de biela» a la parte inferior, unida al elemento rotativo (cigüeñal). El cuerpo central recibe el nombre de «caña» y la parte superior «pie de biela».
En los motores de dos tiempos, como el de un ciclomotor, por razones físicas un tanto complicadas, relacionadas con el concepto de «inercia» en la que no vamos a entrar, se suele construir de forma que la cabeza y el pie de biela son delgados y la caña, gruesa y resistente. Pensemos que en que la parte de la energía producida por la gasolina, se emplea en el movimiento y «rozamiento» de los propios elementos mecánicos, por lo que siempre se tiende a «ahorrar» peso y materiales, donde no son necesarios.