El actual ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha anunciado su intención de elevar la edad mínima de 14 a 16 años para conducir un ciclomotor. Ya era hora de que alguien se diese cuenta del vacío y de la inseguridad que, para el tráfico y los propios chavales, significa conducir un vehículo a motor de dos ruedas sin tener la menor idea de las normas de la circulación.
¿Y por qué, Sr. Rubalcaba, no se da una paso un poco más lejos y se autoriza también a conducir desde los 16 años, previo examen completo y asunción de las responsabilidades civiles por parte de progenitores u otros familiares, si estos no existieran?
Aunque no les guste a los “moteros”, es un hecho constado que la moto, de la clase que sea, es mucho más peligrosa que un vehículo de cuatro ruedas. Si como ocurre en Estados Unidos -que de eso saben un rato- los jóvenes ya conducen un automóvil con su correspondiente carné, desde los 16 años ¿no será más seguro y evitaría la tentación, o la necesidad, de circular sobre dos ruedas aunque ahora de imponga un examen para hacerlo?
A los 16 años, un joven tiene una gran capacidad para aprender, no sólo las normas, sino la propia conducción, debido a que poseen grandes reflejos. Por otra parte, esos dos años de práctica, con las limitaciones correspondientes, en cuanto a velocidad, conductas, alcohol (0) y la amenaza de la retirada inmediata del permiso si contravienen alguna de las reglas del tráfico, creo que darían como resultado que, esos conductores, cuando alcancen la mayoría de edad, tendrían obligatoriamente que estar convencidos y habituados al empleo de los cinturones de seguridad, los sistemas modernos de frenado y control, etc.
Sr. Rubalcaba: ¿ No le parece que, con permiso o sin él, los motores trucados de una gran mayoría de los motores de 50 cc, la omisión del casco, llevar más de un pasajero, hacer “caballitos”, o, lo que es mucho más grave, poner a un joven al volante de esos vehículos de cuatro ruedas con los que pueden conducir sin carné, puede ser tres veces más peligroso que manejar el volante de un automóvil, protegido por la carrocería, mientras en la moto, con experiencia, sin ella, con muchos o pocos años, la cabeza, y las piernas de los motoristas son su única carrocería y que, del resto, ya se encargan las protecciones metálicas de las carreteras?
Conducir una motocicleta es un auténtico placer. Produce una agradable sensación de libertad. Es un medio de transporte muy útil en muchos casos, pero si al peligro intrínseco que encierra por su propia naturaleza, seguimos poniendo la moto en manos de los jóvenes como su única opción de movilidad, aunque se suba la edad, mucho me temo que la accidentalidad actual continuará.
En todo caso, yo le preguntaría a esos millones de padres y madres que tienen un auténtico problema ante la demanda de sus hijos y acaban cediendo la mayoría de las veces, si prefieren seguir sin poder conciliar el sueño cuando sus hijos se retrasan, o prefieren que, en lugar de la moto, se les autorice a conducir un automóvil.
Espero las quejas de los fabricantes de motos. Lo siento.