Los estupefacientes son peligrosos. Sin embargo los efectos que acarrea su consumo son siempre los mismos.
El cannabis
Ligeramente euforizante y calmante, el cannabis es aún peligroso. Provoca alteraciones de la percepción del tiempo, de la vista, de la memoria inmediata: todos son elementos esenciales para conducir.
La cocaína
En el lado opuesto, la cocaína provoca en el consumidor un sentimiento de omnipotencia intelectual y física, una subestimación, incluso al volante, del dolor y del peligro.
La heroína
En cuanto a la heroína, sus efectos son tan brutales y tan efímeros que el principal peligro al conducir reside en el largo y penoso periodo de “bajada”: náuseas y vértigos pueden paralizar totalmente al conductor que se encuentre bajo su influencia.
El éxtasis
El “éxtasis” asocia excitación y ansiedad; el consumidor pierde los reflejos habituales y puede adoptar un comportamiento errático. A este panorama poco alegre hay que añadir los medicamentos psicotrópicos (tranquilizantes, etc): su prescripción se hace para curar una patología concreta, pero sus efectos secundarios sobre el comportamiento al volante coinciden con los de las drogas ilícitas.
Fuente: Del libro “El Buen Camino” – Renault y la seguridad