No hace falta que yo describa aquí como cargamos nuestras autocaravanas sin dedicarle la menor atención al peso extra que le estamos añadiendo:
Nuestro vehículo todo lo soporta. Una moto, bicicletas, equipaje, el que haga falta; incluso hay quien como yo, pesca, esquía, además de un moton de actividades más que no merece la pena contar.
Desde nuestro punto de vista, equivocado por cierto, lo importante son los espacios que tiene nuestro modelo y si llevamos una moto, además, lo de menos es el peso que le añadimos al eje trasero: lo importante es que el soporte lo aguante sin tener en cuenta que, en muchos modelos, la parte del chasis que vuela a partir del original suele ser de más de un metro añadido sobre un subchasis falso.
Además de que este peso extra altera considerablemente el comportamiento dinámico del vehículo y reduce la adherencia de los neumáticos delanteros, sobre todo en las curvas, el peso y la presión que el fabricante ha calculado que debe soportar cada neumático, cuando se excede, obliga a que estos giren con un movimiento de las bandas laterales cuya flexión acaba generando una temperatura extra que, sobre todo, en el verano, puede provocar un reventón del neumático, y no creo que insista sobre la situación y el problema que esto causa al usuario.
Si a todo lo expuesto le añadimos que muchas autocaravanas todavía llevan válvulas de inflado elásticas, la situación que describo es más que probable.
Solución: hágase montar válvulas metálicas y añádale un par de bares extra a sus neumáticos cada vez que considere que ha cargado su vehículo en demasía. Y recuerde, siempre con los neumáticos en frío.
Su amigo
Paco Costas